Aunque las rosas estén ampliamente relacionadas con los enamorados y los sentimientos pasionales, lo cierto es que su funcionalidad va mucho más allá que el mero obsequio. De hecho, las rosas son ampliamente utilizadas como recurso ornamental en multitud de establecimientos comerciales, oficinas, salones privados, jardines y domicilios. Por esta razón si buscas dar un toque especial e íntimo a tu vivienda, te explicamos algunas pautas para decorar tu casa de rosas.

Adornar con rosas: todo un beneficio

Las rosas, así como la mayoría de las flores, son muy útiles para engalanar los salones, balcones o dormitorios de nuestro hogar. Además de vistosidad y el aroma que transmiten, las rosas actúan como un aliciente para el espíritu humano. Con ellas se renuevan los estados de ánimo, se reconforta el alma, se calma el estrés, se relaja la mente y se revitaliza el cuerpo.

Asimismo, las rosas reciclan la atmósfera del espacio donde se encuentren, actuando tanto de humidificadores como de ambientadores. Ciertamente, purifican el aire de su entorno, filtran los gases nocivos y, por si fuera poco, minimizan la sensación de ruido. También sirven para engendrar una atmósfera tranquila y serena, idónea para el descanso o la lectura.

Por todas estas razones, decorar tu casa con rosas no sólo dará un toque singular a tu hogar, sino que también mejorará considerablemente la calidad de vida de la familia.

Consideraciones previas

Pero antes de iniciarse en el versátil proceso de adornar la casa de rosas, hay que dilucidar varias dudas. ¿Estilo? ¿Arquitectura? ¿Tamaño? ¿Cuantía? ¿Colores? ¿Disposición? ¿Presupuesto? Son variables que hay que tener en cuenta antes de comenzar la decoración.

Hay que asimilar perfectamente la luminosidad del espacio a engalanar, así como la tonalidad de las paredes y de los muebles ya existentes. Algunos ambientes domésticos combinan mejor con colores pálidos y otros con fríos o brillantes.

Una vez realizado este estudio preliminar de la arquitectura interior, se podrá ponderar el estilo propio de la estancia y, consecuentemente, saber qué tipos de rosas podrán encajar mejor. Muy importante es la altura de la habitación: a mayor longitud, mayor trascendencia habrá que dar al florero de las rosas.

No hay que olvidar tampoco el precio de estas plantas, el cual está directamente relacionado con la tipología, cultivo, calidad, puntos de venta, etc. El importe total de la decoración puede ser mayor que lo esperado, porque lo que vale la pena hacer primero un presupuesto. Hay que añadir que las rosas terminarán marchitándose, con la consiguiente necesidad de renovar el ejemplar. Esto se puede solucionar adquiriendo una variante artificial, pero recordemos que nunca tendrán la vistosidad y la belleza de una flor natural.

La magia de los colores

Rojas, amarillas, rosadas, blancas, anaranjadas… la gama de tonalidades es ingente en una de las plantas más demandadas por jardineros, floristas y terceros. A la hora de decorar la casa con rosas, es vital ser creativos al combinar los colores de la flor con los del recinto, y es que cada matiz puede motivar emociones diferentes.

En estancias lúgubres y de escasa luminosidad, las rosas anaranjadas con bordes rojizos son una opción muy beneficiosa. Este tipo de flor representa el sol en su apogeo y las casas sombrías adquieren cierto brillo y esplendor con este ornato. El color naranja, además de ofrecer cierta sensación de energía, también imbuye diversión y alegría al ambiente en que se encuentran.

Ahora bien, si la vivienda se encuentra en un piso alto, donde el calor y la luz se convierten en un incómodo problema, las rosas blancas mitigarán esta sensación de bochorno. Este color está asociado con el frío y el frescor, y para reducir su efecto de palidez se puede juntar con otras rosas de tonalidad salmón, amarilla o rosada.

Las rosas rosadas no son exclusivamente un color femenino. En realidad, son muy apropiadas para la decoración interior de las viviendas, puesto que denotan tranquilidad y ternura. También, casan con facilidad con otros matices florales.

Tampoco las rosas de color amarillo simbolizan la mala suerte o el engaño, en realidad reflejan sentimientos de optimismo y bienestar. Son una flor ideal para decorar casas renovadas o recién compradas.

Cuando se acerca una festividad, un aniversario o cualquier tipo de celebración, hay que apostar por adornar el domicilio con una profusión multicolor de rosas. Ello invita a la festividad, al jolgorio y a la celebración.

Dónde colocar las flores

A la hora de decorar con rosas, vale la pena seleccionar espacios claves donde colocar el florero: el centro de una mesa, la esquina de la salita de estar, el alero de una ventana, frente a un cristal para multiplicar el motivo floral, colgado de una pared sin adornos, en un vestíbulo donde actúe de bienvenida…

El soporte de la rosa tiene casi tanta importancia como la misma flor. Hay muchos tipos de flores y macetas, y para cada cual existe un lugar predilecto en el domicilio. Si optamos por colocar las rosas en un jarrón transparente, se puede forrar la parte inferior con un lecho de hojas, de tal forma que se logre una sensación mayor de naturaleza. Otra alternativa es disponer un fondo de arena, piedras de colores o perlas sobre el que las rosas puedan resaltar.

Vasos distinguidos o botellas de colores como receptáculos son muy usados para decorar mesas y comedores. Complejos ramos de rosas es mejor ubicarlos junto a una pared o en un rincón, para que llamen la atención sin perturbar el espacio total. También se puede innovar en la decoración, situando elementos como teteras o regaderas en estantes modernos.

Una ornamentación muy versátil

Indudablemente, decorar nuestra casa con rosas es todo un acierto, tanto en lo estético como en lo anímico, y que además se inspira en un sinfín de posibilidad gracias a la variedad de esta flor. Saber relacionar los colores de los pétalos con la luminosidad del recinto y jugar con los espacios de la estancia y la forma de los jarrones, hará de tu decoración doméstica la envidia de todo el vecindario.