Día de la Madre

Llega el Día de la Madre, me planteo escribir sobre ello, dar sugerencias acerca de las flores o plantas que son idóneas para una madre pero algo me dice que no lo haga. ¿Cómo voy a atreverme a sugerir a alguien qué regalarle?, todos sabemos qué flor le puede gustar a nuestra madre, es más, aunque no fuera su favorita os aseguro que le daría igual.

¡Qué cosa más bonita me ha regalado mi vida! (dirá cualquier madre cuando reciba el paquete de www.regalarflores.net).

Ya he dejado de preguntarme cómo es posible querer tanto a alguien, siempre lo he hecho porque siento por mi hijo una pasión que nunca creí llegar a experimentar. A veces le pregunto “¿por qué me quieres?”, y él simplemente me responde “Porque sí”. Creo que es la respuesta más pura y más sincera que he recibido en toda mi vida, imagino las neuronas de su cabeza moviéndose de un lado a otro, pensamientos cruzándose para dar una respuesta, ideas que quieren nacer mediante palabras… ¡y todo en vano!, porque la respuesta nace del corazón.
Ahora, con la edad, he vuelto a aprender a decirle a mi madre que la quiero. Lo crean o no hubo un momento en mi vida que logré, por desgracia, olvidar decírselo, quizás fuera ese momento en el que el centro de tu vida pasan a ser tus amigos, una etapa que es sana y necesaria vivir aunque algunos adolescentes salen más indemnes que otros. Ahora que veo la vida desde otro punto de vista valoro más si cabe a mi madre. Me encanta verla reír, ahora sé lo que ella siente por mí porque es lo mismo que yo siento por mi hijo. ¿Qué le voy a regalar a mi madre?, pues una flor, ¡claro!, ¿cuál?, la que sea porque sé que le va a gustar igual. Quizás rosas para hacerle saber que la quiero porque sí, y una caja de bombones para que sepa que para mi ella es la persona más dulce del mundo, o quizás un libro para decirle sin palabras que gracias por enseñarme a andar, tal vez un peluche para que lo abrace como si fuera yo.

¡Tú de pequeño eras igual!, me dice en muchas ocasiones mi madre cuando hablamos sobre mi hijo. Me siento mal en muchos momentos porque no la escucho tan atentamente como debiera pero es que mil pensamientos acuden a mí… ¿cuántas noches habrá pasado sin dormir porque yo tenía fiebre?, ¿cuántas veces habrá deseado que mis amistades fueran las adecuadas?, ¿cuántas, cuántas…?
Las madres siempre están ahí, despiertas cuando tenemos fiebre, despiertas cuando nosotros no podemos dormir por algún problema, despiertas cuando estamos enfermos, despiertas cuándo estamos abatidos. Es posible que las madres sean las personas que menos duermen del mundo. Deberían tirar por la borda todos esos estudios de cuántas horas duerme la gente, tendrían que dividirlos entre madres y el resto del mundo. ¿Quién dormirá menos, un Presidente del Gobierno (sea el que sea) por alguna mala noticia nacional o una madre que tiene a su hijo en cama con fiebre?

Mi madre era y es la madre más guapa del mundo (ya sé, que tú también dirás lo mismo y no estarás equivocado), un poco incordio cuando no paraba de arreglarme la ropa pensaba yo cuando era pequeño, una detective incansable porque cuando era la hora de la merienda y aunque estuviera de espaldas sabía si estaba o no comiéndome el bocadillo, una devota de las tradiciones porque la siesta era sagrada y me contaba que si dormía crecía, una bruja buena como la de los cuentos pues cuando me caía me curaba y me soplaba con un aire mágico que hacía que la herida me doliera menos… pero sobre todo era adivina, sí, como esas que salen con la bola de cristal, siempre he imaginado que llevaba una dentro del bolso, me decía “te vas a caer” o “te vas a hacer daño” (lo de “y encima te daré yo al culo” lo doy por obvio porque es una frase universal de madre) y tarde o temprano me caía o me hacía daño.

Las madres son madres, explicar lo que es una madre es imposible, me atrevería antes con explicar el Principio del Universo. Y los hijos, somos hijos, por eso este año mi madre va a recibir su ramo de flores, este año tampoco se me va a olvidar que las madres son lo mejor del mundo porque si yo quiero a mi hijo sin medida ella me quiere igual a mi (aunque tengo que confesar que últimamente los celos me pueden porque ya dudo si me quiere más a mi o mi hijo “jajaja”).

Por cierto, te recuerdo que puedes enviar una dedicatoria multimedia con código QR, es una pasada. Échale un vistazo y sé tú el mago este año.

Si aun no has visitado la sección del Día de la Madre de regalarflore.net, os invito a que lo hagáis:  Flores para el Día de la Madre.

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