Floriografía, significado de las flores

Si alguna vez escucháis esta palabra, no os abruméis con quiméricos pensamientos sobre criptografía con flores, escritura mediante pétalos o cualquier otra barbaridad que pueda deducirse debido al nombre. Lo cierto es que la floriografía es algo mucho más sencillo, y quien haya regalado un ramo de flores con un significado especial ha sido partícipe la ella.

La floriografía es, ni más ni menos, el lenguaje de las flores, el significado de las flores.

¿Dónde nace la floriografía?

Difícilmente podemos hablar de la floriografía hoy en día, especialmente comparándola con su auge y consolidación, ocurrida en el siglo XIX. Fue en la época victoriana cuando la tradición de regalar flores se convirtió en algo más que un agasajo o una muestra de aprecio: era, simplemente, un inteligente y hermoso método de cifrar mensajes y sentimientos.

Pero la floriografía ya existía desde tiempo atrás en el Cercano Oriente. La propagación de este conocimiento en Occidente, la inició el monarca inglés Carlos II, quien trajo este saber desde Persia, allá por el siglo XVII. Cien años después, desde Turquía llegarían otros muchos significados de plantas y vegetales que terminarían concibiendo la floriografía de la Era Victoriana.

Así, al igual que el inglés, el francés o el español, la floriografía fue una lengua más dentro de la sociedad, toda persona debía conocer el significado de las flores si quería hablar el lenguaje de las flores.

El concepto de la floriografía

De esta manera, en la floriografía cada especie floral gozaba de una acepción propia. Ello generó un código secreto a través de ramilletes, ramos, pétalos y arreglos florales, harto explotado en el Romanticismo, cuando entregar una flor a una dama era algo más que una mera señal de aprecio.

La floriografía permitía remitir mensajes reservados utilizando tan sólo motivos florales, de tal forma que estos manifestaban lo que las personas no osaban a decir. El atrevimiento y secretismo eran las grandes bazas del lenguaje de las flores.

Por todo ello, los floristas de la época ejercían como criptólogos, diseñando complejos entramados de frases utilizando exclusivamente flores. Las parejas que se deseaban o se traicionaban, comunicaban los sentimientos de amor o desengaño colocando clandestinamente piezas florales en la ventana de uno u otro. Las palabras quedaron obsoletas para expresar sentimientos y para eso utilizaban el significado de las flores.

Un idioma como otro cualquiera

Aunque la floriografía no se enseñaba en las escuelas, se heredaba de generación a generación, de amigo a amigo, de amante a amante. El significado de las flores era una sabiduría que no pasaba por alto.

A la divulgación de este conocimiento colaboraron multitud de libros de la época, como el sofisticado tomo de 1818: Le langage des fleurs de Charlotte de la Tour. Otro texto de importancia, vino en 1879 de la mano de Miss Carruthers de Inverness, Flower lore: the teachings of flowers, historical, legendary, poetical & symbolical. Más reciente, y a modo de compendio histórico, Beberly Seaton publicó en 1995 The languaje of flowers: a history.

Hablando gracias a la floriografía

Los mensajes de esta lengua ancestral resaltaban por su aroma y colorido, donde incluso la tonalidad de los pétalos, la forma de la flor o el modo en que se entregaba el obsequio tenían un significado genuino. Por ejemplo, aceptar el regalo del amante con la mano izquierda era equivalente a negar el amor que el primero solicitaba.

Asimismo, los colores combinados guardaban también una acepción única. La mezcla del rojo y el blanco hacía referencia a la unidad, mientras que el rojo y el amarillo transmitía sentimientos propios del solaz, el juego y la diversión.

Pero el alma de la floriografía residía, como es lógico, en las flores, las cuales formaban un inmenso diccionario conceptual; amapolas, azucenas, begonias, camelias, dalias, madreselvas, geranios, jacintos…. todas y cada una de ellas encarnaban una idea. Adentrarse en este amplio catálogo nos llevaría horas, por lo que vamos a centrarnos sólo en el significado de algunas flores:

  • Azahar: flor que encarna la pureza, aquél que regalase un azahar morado daba a entender que estaba sufriendo por amor.
  • Clavel: aunque sea ésta una flor con no muy buena reputación, en la Época Victoriana encarnaba un nuevo y fascinante amor. Un clavel rojo era la imagen de un corazón que suspira.
  • Gladiolo: al regalar un gladiolo, la flor de agosto, el emisor proponía una cita amorosa. Uno de color blanco planteaba un encuentro dulce y casto, mientas que un gladiolo rojo aludía al amor más erótico.
  • Margarita: símbolo eterno de la pureza, la inocencia y la infancia, guardaba como regalo una pregunta clave: “¿me quieres?”.
  • Mirto: representaba el amor verdadero, un amor que se apodera al completo de un corazón, al igual que el mirto que, cuando florece en un campo, acaba apropiándose de todo el terreno.
  • Orquídea: cuando un hombre quería alabar la belleza de una mujer, la agasajaba con una orquídea. Esta exótica flor simboliza la fuerza y el lujo, además de seducción y erotismo.
  • Tulipán: un ramo de tulipanes rojos equivalía a un sincero “te quiero”, si bien los tulipanes amarillos certificaban un amor sin esperanza.

Resulta esclarecedor como cada flor tenía un significado claro, mediante el cual podían armarse largas y sentidas conversaciones. Una costumbre que, por desgracia, se ha perdido con el paso de los años.

La floriografía en la actualidad

Hoy en día el lenguaje de las flores es un reducido escaparate que ha perdido sus mejores galas. Aún perduran reductos como las representaciones de las rosas en su larga relación de colores, pero la mayoría de las flores han perdido el verdadero significado que tuvieron en el siglo XIX.

De todas formas, pese a que ya no se utilicen las flores para transmitir mensajes encubiertos, es muy sencillo volver la vista atrás para recuperar las influencias del pasado, y revivir una comunicación tan íntima y hermosa como la que permitía la floriografía.

Por ello, si en verdad os sentís tentados por conocer el misterioso lenguaje de las flores os invitamos a dejar vuestros comentarios y preguntas. Estaremos encantados de responderlas.

SOBRE EL AUTOR

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5 Comentarios

  1. Joel

    Hola, acabo de leer este artículo sobre la floriografía y me gustaría saber si podéis recomendarme algún libro sobre el tema. Gracias de antemano.

    • Regalarflores.net

      Hola Joel, creo que hay un libro que habla sobre la floriografía, pero no estamos seguros. Le paso el título y lo puede preguntar en cualquier librería: EL LENGUAJE DE LAS FLORES – VANESSA DIFFENBAUGH

  2. Clara

    Buenas tardes,

    He estado buscando en Internet diccionarios sobre las flores y sus significados, pero todos están incompletos y la información de uno a otro es distinta hasta el punto de contradecirse.

    Me gustaría saber si pueden recomendarme algún libro que trate este tema de manera que contenga una investigación seria y real del lenguaje de las flores. (A ser posible, que esté escrito en inglés o español).

    Muchas gracias por escribir este artículo y, de antemano, por tomarse el tiempo de leer mi comentario.

    Un saludo,

    Clara.

  3. margarita cortes

    gracias. y si tienes mas sobre este tema , favor de ampliar en ello

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